La oferta de alquiler permanente disminuye un 33%, mientras que el alquiler por temporadas aumenta.
En los últimos cinco años, la oferta de viviendas en alquiler permanente en España ha disminuido un 33%. Esta caída es más pronunciada en ciudades grandes como Barcelona, donde el 75% de las viviendas en alquiler han desaparecido, así como en Oviedo (-55%), San Sebastián (-54%) y Las Palmas de Gran Canaria (-51%).
Por otro lado, el alquiler de temporada ha visto un aumento significativo, alcanzando un 232% a nivel nacional. Este tipo de alquiler, que se utiliza mayormente para estancias breves o vacacionales, ha cobrado importancia por las políticas del gobierno y el atractivo económico para los propietarios, quienes prefieren este modelo debido a su menor regulación por las leyes de control de alquileres.
En los grandes mercados inmobiliarios, el esplendor del aumento en la oferta de temporada ha brillado con mayor intensidad en Málaga (un asombroso 466% más que hace un lustro), seguido de Alicante (309%), Sevilla (279%), Valencia (276%), Barcelona (244%), Bilbao (217%) y Palma (208%). Con incrementos que aún son dignos de admiración, aunque inferiores al 200%, hallamos a Madrid (159%) y San Sebastián (136%).